domingo, 2 de noviembre de 2014

Control de la emociones.Atención y concentración.

También puedes cambiar las emociones sin cambiar de situación. Cuando hablamos de "atención" hablamos de cómo las personas fijan su atención dentro de una determinada situación. Es una de las estrategias que aparece primero en el desarrollo y la utilizan tanto niños como adultos, como cuando miran hacia otro lado para no ver algo que les resulta desagradable. Las principales estrategias atencionales son la distracción, la concentración y el  mindfulness.
La distracción consiste en centrar la atención en otros aspectos de la situación o en algo totalmente diferente. Por ejemplo, si estás en una situación aburrida, como en el metro, puedes probar y centrar tu atención en las personas que hay en el vagón y observarlas y pensar sobre ellas (cuando te des cuenta, estarás aprendiendo mucho sobre como reaccionan los demás), o si decides enfrascarte en una charla mental contigo mismo sobre algún tema que te gusta, o escuchar una canción que te gusta, o leer un articulo de un periódico si tienes uno a la mano.
La concentración consiste en centrar la atención en aspectos emocionales de la situación. Cuando se hace esto de manera repetitiva recibe el nombre de rumiación, y se produce cuando una persona no para de darle vueltas mentalmente a sus sentimientos y sus consecuencias. Esto hace que las emociones empeoren y la persona se sienta mucho peor. Por ejemplo, si estás rumiando sucesos tristes puedes acabar deprimido. En cambio cuando una persona se concentra brevemente en una posible amenaza futura y lo que puede pasar, aunque aumente su ansiedad, también puede ayudarle a trazar un plan de acción, lo que contribuye a aumentar la sensación de control que tenemos sobre el entorno.

La intensidad de las emociones disminuye conforme vamos pensando menos en la situación que las provocó. Si continuamente recordamos y damos vueltas a nuestras emociones, las fortalecemos (y si lo que pensamos es negativo y por tanto nos provoca sentimientos negativos, fortalecemos la relación negativa en nuestra mente). Por tanto, usas estas estrategias atencionales cuando sean útiles y cámbialas por otras cuando te lleven a empeorar las cosas (utilizando las dos técnicas que he explicado anteriormente).
¿Te ha resultado útil este artículo? ¿Te sientes identificado con alguna de las situaciones descritas? Si quieres, puedes probar alguna de ellas y comentarnoslo luego.
CuentamElo

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